La Solana, 20 de septiembre de 2015
AÚN SE ME HACE DIFÍCIL
Se me hace difícil hablar…, pero aún más difícil se me hace actuar como si no hubiese perdido nada…
Te miro discretamente desde mi orilla y con los brazos abiertos…, pero sé que nunca cruzarás el mar que nos separa…, sé que nada volverá a ser lo mismo…, y ni lo puedo ni quiero pretender…
Como un violín en su quejido místico se evocan las vivencias que nunca podremos borrar del alma porque fueron tan importantes como la realidad que ahora respiramos…, tú en tu mundo y yo en el mío…
Yo era tan joven cuando me diste la mano, cuando te acercaste y creíste en mí…, creíste en mi lucha y en el credo propio con el que me estaba haciendo un hombre…, y me enriqueciste tanto con tus gestos, tus silencios, tu sonrisa…
Y recuerdo una canción tan dulce como el encanto de tus palabras…, recuerdo tus poemas que impregnaban de esperanzas el aire que acariciaba mi alma…, y recuerdo tu reclamo y presencia anhelante con los que se constataban tu necesidad y apuesta por mí.
A veces te recuerdo tanto que me duele hasta el pensar; y el carecer de este amor, por el que me expuse hasta el límite del corazón, me derrota por completo…
Creo que algún dios profano sintió envidia del hogar que estábamos construyendo…
Creo que ese mismo dios desafinó la música que nos llevaba en sus brazos y que tanta vida sumaba a nuestras vidas…, ese dios no perdonó que nos hiciéramos felices y grandes…
El tiempo pasa pero el amor siempre queda y yo no he dejado de amarte…, pero la distancia y tu ajeno interés refleja que me has olvidado o que no me has querido lo suficiente… ¿acaso no sentiste lo que yo?...
La vida y el amor es un juego…
Yo me atreví a romper las reglas e intenté elaborar otras nuevas en las que cupiese un amor diferente y capaz de ser conciliado en nuestras realidades pero alguien, o ese mismo dios profano, no lo permitió… ¿alguna vez me recuerdas?...
La vida y el amor es un juego, y en este juego de corazones he perdido la partida…
Los dados marcaron el destino y ahora alguien parece vencedor entre un ejército de plañideras suficientes..., y te aseguro que no soy yo el laureado…, pues el que pierde se queda herido a un lado de la corriente...
Ayer compartimos un mismo espacio en sociedad..., y de manera fugaz se cruzaron nuestras miradas intentado desdibujar una distancia imposible de melancolía..., pero no lo hicimos y yo me quedé en la otra orilla emocionado con la soledad de un tiempo que no volverá jamás...
Se me hace difícil hablar…, pero aún más difícil se me hace actuar como si no hubiese perdido nada…
FRANCIS ALHAMBRA
_____________________________________________________
La Solana, 30 de agosto de 2015
45 GRADOS BAJO CERO
A casi 900 Km por hora y más de 8.000 metros de altura una pantalla nos indicaba la trayectoria por la que el avión avanzaba camino del norte…
Despegamos en Madrid y un rosario de ciudades, marcadas por una línea parecida a un plano del metro, nos marcaba el proceso del viaje hasta el destino; y fue al ver escrito la ciudad de Logroño en la pantalla cuando caí en la cuenta de las estrecheces de miras y los objetivos integradores de los que se adolece nuestra sociedad actual… Yo que soy curioso por naturaleza me afanaba en mirar por la ventanilla para ver si era capaz de divisar la ciudad mencionada, pero mi asombro y mi pensamiento me llevó a la certeza de que cuando se toma perspectiva de las cosas todo se ve con otra dimensión…, Logroño estaba allí…, seguramente…, aunque yo no la vi…, porque a esas alturas físicas en las que mi cuerpo se encontraba (¡ay!, siempre he pensado que no es natural volar…) sólo podía ver pueblos y campos en miniatura, no había carteles como en las autovías (“bienvenidos a La Rioja”) ni nada por el estilo…; sólo había tierra, montañas, embalses, carreteras…, no había personas con ese afán de separarnos y dividirnos con fronteras dentro y fuera de nuestro país, o con ideologías que excluyen y rechazan a los que no se alinean con ellos…
Y de vuelta, al mirar la cabina del avión…, ésta solo estaba llena de personas con mil historias cada una pero con un objetivo común en la mente…, aterrizar…
A esas alturas no hay diferencia entre La Rioja y Castilla, ni Cataluña, ni Francia, etc…, todo es una masa de tierra en la que se sostienen millones de personas que lo que deseamos es vivir en paz, sobrevivir a la enfermedad, al desempleo, al desamor…, a tantas inseguridades y peligros que nos aguardan a cada persona a lo largo de nuestra existencia…
Temo con espanto cada barbaridad que escucho a muchos ideólogos demagogos, actuales, que nos contaminan y envenenan desde cada ventana al cierzo (que es la televisión) que preside un lugar de honor en cada casa…, no olvidemos que todos los conflictos y grandes sufrimientos de la humanidad han sido y son procreados por el tipo de personas radicales que son capaces de enfrentar a unos contra otros (y eso ocurre desde las relaciones entre países hasta el mínimo grupo de personas)…
Ahora cualquiera puede difamar o realizar apología de cualquier aberración y no pasa nada…
Hay demasiada hipocresía en los discursos que no conocen de amor al prójimo cuando se ensalza a unos machacando a otros… Resulta que estamos en un estado de Derecho pero se discrimina con una facilidad terrible los valores de tolerancia y democracia que nos han hecho avanzar en un proyecto común que ahora parece que nos intenta separar por territorios o por izquierdas o derechas, o por el conmigo o contra mí…
Insisto en que falta mucha perspectiva de miras en nuestra sociedad para saber aterrizar en las necesidades reales de las personas porque, desde luego, a casi 900 Km por hora, más de 8.000 metros de altura y 45 grados centígrados bajo cero todos pensamos en lo mismo…, sobrevivir.
FRANCIS ALHAMBRA
_____________________________________________________
La Solana, 25 de marzo de 2013
LO ABRAZABA
Lo abrazaba como si no existiera nada más…
Un niño perdonaba y pedía perdón a su padre, mientras el padre lo abrazaba con el mismo propósito inundando la pantalla de un amor paternal que nunca han proyectado sobre mí…
Era una escena, sólo una película, un drama de ésos que la gente menosprecia y que ponen en televisión para dormir la siesta…, un drama de los que la gente define como exagerado e irreal…, y qué gracia…, ese abrazo que vi en una imagen proyectada me devolvió a mi niñez y caí en la cuenta de los años que me siento huérfano…
El niño ha crecido y se ha hecho consciente de cómo ha sido utilizado para propio interés del progenitor, sin remordimiento alguno y por obligación, cómo ha entregado su juventud a un proyecto de familia que es sólo una fachada en el que la cosecha se recoge para uno solo que no sabe compartir ni querer…
Mi madre falleció demasiado pronto, y aunque el nublado amenazaba tempestad continuamente, ella era capaz de robar un destello al sol y devolver la esperanza con su sonrisa…, murió en su empeño sin lograrlo…
El niño del abrazo se encontró con un padre que sabía amar, enseñar, respetar y mirar con placer, al hijo, viéndose reflejado en él…, lo abrazaba como si no existiera nada más que el propio hijo abrazado…, y por un instante sentí la caricia y el deseo de ese abrazo imposible…
Y ahora, en las puertas de una nueva etapa familiar marcada por una senectud prematura fruto de una opción egoísta, pesan aún más los malos recuerdos, los condicionamientos y las hipocresías mientras intento sostenerme y no caer en este acantilado que me pone enfrente la vida…
Hoy no sé cómo superar el desamor en el que he sobrevivido tantos años, y las embestidas de las olas de una vida, que no merezco, cargada de falsas obligaciones y responsabilidades que condicionan mi vuelo y desarrollo, desde siempre…
Y me descubro en la intensidad del abrazo que sentí, en ese momento que describo, porque yo sí podría amar y abrazar a un hijo sin temer ser una prolongación de lo que no quiero ser…; sabiendo amar, enseñar, respetar, mirar, cuidar, entregar…
Lo abrazaba como si no existiera nada más…,
¡qué grandeza, qué suerte, qué envidia!!!
FRANCIS ALHAMBRA
_____________________________________________________
La Solana, 23 de febrero de 2013
SIEMBRA VIENTOS
Se siembra vientos y se recoge tempestades…
Cada vez estoy más cansado de la frivolidad que impera en la manera de actuar de aquéllos que tienen una responsabilidad civil en su desempeño…
Parece que nuestra sociedad se conduce al azar de noticias emergentes, esas noticias graves y notorias que son sofocadas al día siguiente con otra más espantosa…, y en ese bucle decadente me pregunto quién decide lo que es noticia y por qué cada cual saca sus propias interpretaciones en relación a sus intereses políticos o económicos…, por qué hay gente tan inmadura que excusa lo inexcusable y por qué abunda un cinismo general en que se denuncia la paja en el ojo ajeno sin mirar la incoherencia en la que vive cada uno en su vida personal (desde la actriz vestida de marca enardecida contra el capitalismo del que es propia imagen hasta aquél que ha cobrado en A, B y C y se indigna por el mismo pecado en otros…; o aquéllos que critican tanto a la iglesia y en cambio adoran convencidos su propio becerro de oro)…
Tal y como está todo cualquiera puede acusarte de algo, te convierte en presunto de algo y los medios informativos y la sociedad en su conjunto te ajusticia sin importar la verdad…,
porque qué es la verdad, quien la posee y para qué importa…
Creo que mientras nos dejemos llevar de lo llamativo y lo fácil no conseguiremos avanzar como sociedad, comunidad y personas…
Nos envenenan el aire que respiramos con falsas interpretaciones que quizá hasta nos interesan…, porque se prefiere vivir sin pensar demasiado…
Se siembran vientos peligrosos que pueden agitar la tempestad…
Sólo pido que aquéllos que nos manipulan y los que se conforman con verdades sin hondura sean un poco más prudentes.
Las tempestades no son buenas…, destruyen las flores inocentes del paisaje…
FRANCIS ALHAMBRA
_____________________________________________________
“Memories, light the corners of my mind. Misty watercolor memories of the way we were”.
Ésta, sin duda, es la canción de mi vida…
Con los años he ido aprendiendo a canalizar el río de mis emociones y he llegado a la conclusión de que lo que más feliz me hace es todo aquello que me llega en silencio y de manera simple, aquello que logro amar sin aferrarme…
A Dios le agradezco todas las experiencias que me ha proporcionado en cada etapa de mi vida y le agradezco inmensamente la capacidad de la que me ha dotado para poder vivirlas, sentirlas, disfrutarlas y llorarlas…
Y “amigo”, amigo ha sido la palabra que me ha acompañado en todo este proceso y proyecto de vida… He sido capaz de saborear esta palabra en todo su esplendor y en toda su agonía, de vivir por y para el amigo, de cerrar los ojos y adivinar el pensamiento de la persona querida, de recibir la mayor esperanza en una sonrisa y de saber aceptar el final y la separación en el camino…
Ahora escucho The way we were y se me agolpan todas las experiencias disfrutadas de cada emoción que Dios hizo nacer en mi. Sonrío ante la nostalgia de lo que se perdió en el camino y, sobretodo, por aquello que está aún por llegar…
Ayer recibí un regalo por todos estos años…, la mayor compensación de manos de alguien que ni lo sabe, del silencio de la mirada de sus ojos, del detalle, del tacto y del respeto más absoluto…, y fue sublime como en tantas ocasiones…, y he vuelto a sentirme vivo…
Y lo escribo porque emocionalmente puedo, porque este sentimiento no se puede adormecer y porque las palabras tienen el poder de guardar la pasión y la verdad vividas, porque hay gente que merece la pena esperarla y conocerla, y porque de esta manera soy muy feliz…
La Solana, 7 de diciembre de 2011
Y el recuerdo se hace más feroz en estos días primeros de diciembre.
Han pasado casi catorce años y, con tan sólo cerrar los ojos, puedo escuchar su voz y las toses que tanto dificultaban su respiración, puedo oler el frío y la soledad del miedo acechando la esperanza que se consumía aceleradamente, y puedo sentir el dolor más inmenso que me ha sacudido en mi vida, el suyo y el mío a la vez.
La casa vestida con un orden ficticio esperando un desenlace; yo enfrentado a decisiones impensables y a una madurez aceptada que me superaba…; y una tristeza honda y oscura, inevitable, porque me sabía en un punto de no retorno imposible de regresar…
Recuerdo su última mirada en mi mirada y mis manos en sus manos...
Y recuerdo todo el amor derramado y entregado en un instante…, el último…, en silencio…, y cómo se escapaba su vida…, y como se me arrancaba algo del alma…
Y lloro por todo lo que nos hemos perdido y por todo aquello que hubiésemos sido capaces de crear…
Madre, han pasado casi catorce años ya…, y no se me ha borrado ni tu mirada ni tu sonrisa…, ese reflejo de ti impregnado en toda mi persona y que hará que nunca te olvide…
Este recuerdo tan feroz, que quema mis entrañas, me une más a ti…
FRANCIS ALHAMBRA